¿Vamos a la playa?
Entre Ribadesella y Llanes se encuentran algunas de las playas más bonitas y sorprendentes de Asturias, no en vano la calidad de su paisaje, excepcionalmente bien conservado, unido a su belleza y su riqueza geológica y botánica, han servido para que fuese declarado “Paisaje protegido de la costa oriental de Asturias” según el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias”.
En un tramo de poco más de 50 km. se concentran más de 50 playas, de todos los tamaños, tipologías y condiciones, aptas para cualquier tipo de público y expectativa, muy accesibles desde la casa rural Heredad de la Cueste ya que la casa se sitúa a solo 20-30 minutos de la costa, a la que se puede llegar facilmente por la carretera comarcal AS-115 en dirección llanes o por la N-634 en dirección Ribadesella.
Para los amantes de las playas urbanas, con buenos accesos y todo tipo de servicios, sin duda la playa de referencia tiene que ser la playa de Santa Marina, en Ribadesella, con una de las mejores fachadas marítimas probablemente de España, pues se han conservado los palacetes construidos a principios del S.XX, y rodeada de un espectacular entorno que suma la montaña, la desembocadura del río Sella y el promontorio de la ermita de Guía, sin duda el mejor lugar para contemplar toda la bahía.
Pero para los que buscan pequeñas calas y playas más o menos vírgenes lo difícil será escoger porque, sin duda, esta zona es una de las partes de Asturias donde se hace justicia al slogan de “Paraíso Natural“. Se pueden encontrar desde grandes arenales a pequeñas y escondidas calas de cantos rodados (“pedreros”) o curiosidades geológicas como playas interiores… hay para todos los gustos.
Como la costa puede ser un atractivo en si misma tanto en verano como durante el resto del año, aconsejamos empezar la visita por el Mirador del Fitu, desde donde se contempla una extensa panorámica tanto de la montaña como de la franja costera. Desde aquí lo mejor es descender hacia Colunga y Lastres y comenzar un recorrido avanzando hacia el Este.
A la altura de Colunga hay varias playas como La Espasa, La Isla o La Griega, muy aconsejable para ir con niños porque se forma un pequeño remanso de agua interior que aporta una estupenda zona de juegos.
Entre Colunga y Ribadesella se encuentra el Arenal de Morís, amplia concha con chiringuito que incluso los días de más concurrencia suele estar tranquila.arenal de morís en caravia
Ya en el concejo de Ribadesella se abre uno de los arenales más extensos de toda la comarca, la playa de Vega, perfecta para los amantes de las olas, para aquellos que buscan espacio (el “mogollón se concentra en la parte central, pero caminando un poco hacia los extremos siempre se encontrará amplios espacios abiertos) y también para los amantes de los paseos puesto que tiene una interesante zona de acantilados donde se localizan fósiles, una huella de dionosaurio y los restos de una antigua mina de fluorita, un paraíso para los amantes de los minerales.
A la altura de Ribadesella cambia la geología del suelo y se inicia una especie de meseta caliza con espectaculares acantilados donde se abren pequeñas calas de fina arena o de cantos rodados como el pedral de Arra y los acantilados de Palu Verde, a la altura de Collera. Un poco más adelante merece la pena visitar los acantilados de Castru Arenes en Cuerres y la desembocadura del río Guadamía, frontera natural entre Ribadesella y Llanes, con un puente medieval por donde discurre el antiguo camino de Santiago y una minúscula playa llamada de Guadamía en la parte riosellana o de Pría en la parte de Llanes. Los acantilados laterales son espectaculares, y en ellos se abren unos agujeros o chimeneas, los “bufones”, que en invierno expulsan columnas de agua a presión dando lugar a un fenómeno de gran belleza (para conocer con más detalle este fenómeno consulta nuestro artículo sobre el tema pinchando aquí).
Desde este punto hasta el límite con Cantabria se localizan unas 40 playas por lo que resulta imposible nombrarlas todas, por lo que vamos a hacer una selección según nuestro criterio:
Cuevas del mar, a la altura de Nueva, merece la pena visitarla con marea baja, cuando permite pasear entre sus acantilados horadados por el mar. Desde aquí se puede pasar caminando hasta la pequeña cala de San Antonio.
A la altura de Naves hay una de las playas más curiosas del litoral asturiano, Gulpiyuri, una playa interior a la que el agua le llega a través de una cueva. Declarada Monumento Natural es una curiosidad geológica ya que se trata de una antigua cueva cuyo techo se ha derrumbado y hoy es un arenal rodeada de verde y aislada del mar. Mucho menos conocida pero de idénticas características, y también Monumento Natural, es el complejo de Cobijeru, en Buelna, incluso más interesante porque tiene playa en mar abierto, playa interior y la cueva que se puede recorrer con marea baja.
San Antolín es otro extenso arenal, un poco peligrosa como playa porque es mar abierto, pero ideal para los amantes del windsurf.
En el pueblo de Niembro se encuentran dos de las playas más bonitas del oriente de Asturias:
Toranda, la playa del pueblo propiamente dicha, con acceso por un camino de tierra que conduce a un prado acondicionado como aparcamiento solo en verano. Se trata de una pequeña cala de arena fina, cómoda y tranquila, perfecta para disfrutar en pareja o tambien con niños.
Desde la parte alta del pueblo se accede a una de las playas más conocidas de esta zona de la costa, Torimbia, una concha totalmente virgen a la que hay que acceder caminando (unos 20 min.). Precisamente por lo difícil de su acceso se ha consolidado como la playa nudista por excelencia en Asturias. La vista desde la parte alta del monte es espectacular por lo que este mirador es muy aconsejable tambien en invierno.
Niembro también tiene una pequeña ensenada (La Entrada), que abraza en marea alta a la iglesia de Los Dolores, estampa imprescindible para los amantes de la fotografía, no en vano ha sido utilizada como escenario en varias películas y series de TV.
La zona de Barro y Celorio tienen varias calas, generalmente bastante concurridas porque es una zona bastante frecuentada en verano merced a la proliferación de casas de segunda residencia y varios establecimientos turísticos. Destacamos por su belleza las calas de más difícil acceso situadas en la parte más oriental de Celorio especialmente las llamadas de San Martín (El Puertín y El Portiellu)
Casi a la entrada de Llanes se encuentra Poo, una ensenada especialmente recomendable para familias con niños por la poca profundidad y la tranquilidad de las aguas.
En Llanes hay una pequeña cala urbana, El Sablón, y a las afueras una cala con curiosas formaciones rocosas, Toró, desde la que parte una senda que recorre la costa.
Al Este de Llanes merece la pena detenerse en la pequeña ensenada de Cué, pero especialmente ascender hasta el Mirador de Andrín desde donde se contemplan dos hermosas playas, Andrín y La Ballota, sin duda una de las más bonitas de la zona, escenario de alguna película de Gonzalo Suárez.
Y en el extremo más oriental, sin olvidarse del ya mencionado Complejo de Cobijeru, se puede cerrrar el recorrido con la playa de La Franca, de gran belleza y cuyo único inconveniente puede ser la excesiva presión de negocios de hostelería (camping, hotel, restaurante) en temporada estival, pero para disfrutar fuera de temporada.
Esperamos que estas recomendaciones sean de utilidad para sumergirse en la costa oriental asturiana, tanto si es verano para aprovechar una de sus playas, como en cualquier momento del año para disfrutar de sus espléndidos paisajes.
Y todo muy cerca de Heredad de la Cueste….
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